Terminada la fase de rehabilitación se ha de afrontar la reinserción social, familiar y profesional. La severidad y tipo de secuelas finales, así como la cobertura socio - familiar, definen las necesidades residenciales y ocupacionales a largo plazo.
A continuación se hace referencia a los tipos de dispositivos habitualmente disponibles para personas con daño cerebral adquirido.
   • Centros de día: son dispositivos de atención diurna para pacientes con discapacidad severa secundaria a lesión cerebral adquirida. Tienen como finalidad la contribución al cuidado del usuario, la mejora continua de su autonomía funcional y la descarga familiar. La convivencia y el ocio son tan importantes o mas que las actividades rehabilitadoras clásicas como la fisioterapia o la logopeda.
• Talleres protegidos y/o centro especiales de empleo: están diseñados para personas jóvenes con discapacidad moderada, que son autónomos en las actividades básicas de la vida diaria (aseo, vestido, alimentación) y en gran parte de las instrumentales (desplazamientos en trasporte público, manejo del dinero), pero que, debido a problemas cognoscitivos, conductuales o de comunicación, tienen graves dificultades para acceder al mundo del empleo. Son personas que requieren de un entrenamiento más específico para el empleo y de una adaptación del puesto de trabajo o incluso de una supervisión más estrecha.
• Pisos supervisados o protegidos. Este último grupo de personas, cuando sus padres son ya muy mayores o faltan, requieren de pisos protegidos con niveles variables de supervisión para que puedan seguir disfrutando de los beneficios de vivir en la comunidad y evitar su institucionalización.
• Mini - residencias: las necesidades de vivienda de personas con DCA y dependencia de tercera persona sólo son atendidas hoy en las residencias para la tercera edad. Las familias y los propios usuarios rechazan esta opción, y expresan el deseo de que se generen alternativas específicas más acordes con el tipo de discapacidad y la edad de estos usuarios.