Si su familiar se vuelve irritable o agresivo:
- Tener en todo momento presente que las alteraciones de conducta que presenta el afectado son producto del daño cerebral.
- Intente observar las situaciones en que esto ocurre y prevéalas para evitarlas.
- Si se establecen rutinas y el ambiente es tranquilo y familiar la persona afectada estará menos irritable. Es bueno fijamos unos limites o normas para el comportamiento del afectado y para nuestra forma de comportamos con él. En esta tarea puede ayudamos mucho el neuropsicólogo.
- Si no es posible evitar estas situaciones, ignore la conducta de irritabilidad y la de agresividad (si ésta última no pone en peligro la integridad física de la persona afectada o de los que le rodean).
- No las refuerce prestando atención y no permita que el/a afectado/a obtenga algún beneficio tras comportarse de esta manera. Es decir, no le dé lo que pide si lo pide de manera inadecuada o agresiva. Intente distraer la atención del afectado hacia otra cosa. Si tiene que explicarle algo, sea claro, conciso y firme y no complique la situación con explicaciones largas y confusas. Incluso, si es necesario, retírese de la persona afectada yéndose a otra habitación o aléjelo de la situación que lo irrita.
- No intente razonar con él/ella en este momento y espere a que esté calmado para discutir lo que ha pasado y enseñarle a comportarse de manera adecuada en próximas situaciones.
- Si la persona afectada se comporta de manera agresiva y puede poner en peligro a los que le rodean o a si mismo, intente buscar ayuda en otros familiares para contenerlo. Intenten dejarlo en un lugar donde no haya más gente y sujétenlo si piensan que puede hacerse daño. En este caso, pida asesoramiento al neuropsiquiatra y al neuropsicólogo.